Hace 100 años, nadie se imaginaba qué nos depararía el futuro. A finales de siglo había aproximadamente 25 millones de caballos en Estados Unidos. Durante más de 400 años, el caballo había estado al servicio del hombre, de sus necesidades y del transporte. La industrialización encontró nuevas labores para el caballo, pero a menudo su presencia no era bien valorada, como por ejemplo en los coches de bomberos, ya que a veces era complicado controlarlos. En 1870 se construyó una bomba autónoma de vapor que a finales de siglo se convirtió en parte del equipo básico de los bomberos. Esto supuso el comienzo de los camiones.