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Kenia es especial. conocemos su fauna a través de los reportajes de naturaleza, pero detrás hay uno de los países más fascinantes de África por otros motivos: la formidable falla del Rift que atraviesa el país llenándolo de lagos, una gran variedad de etnias conviviendo en uno de los pocos países africanos seguros para el viajero, el mítico pueblo masai y los samburus que mantienen una forma propia de vida dentro del conjunto keniano, y una infraestructura hotelera diferente a la del resto del planeta, con hoteles sobre los árboles y lodges camuflados en los parques nacionales, donde la vida salvaje se puede tocar con las manos.
En este país, atravesado por la línea del Ecuador, se pueden hacer safaris en globo y en tienda de campaña, a pie y en camello, y tiene una de las mejores ofertas del mundo para auténticos viajeros. Terminamos recorriendo el mundo swahili de la costa, donde se instalaron los mercaderes árabes que comerciaban con Oriente y que destilaron todos los exotismos de África y Asia en los puertos del Índico.
Las playas de Kenia en este océano están entre las mejores del continente, y el viaje termina en Lamu, el último paraíso secreto de la costa keniana, que parece intacto desde el siglo XVIII.
