El ciberactivista y realizador Brett Gaylor explora un perfil de los derechos de autor en la era de la información, basándose principalmente en el trabajo del músico Gregg Gillis (alias Girl Talk), buscando los límites entre la piratería y la posibilidad de crear una manifestación artística en base a otras manifestaciones artísticas. Girl Talk se dedica a hacer mashups o Bastard Pop, es decir, «recorta» y edita pequeños muestreos de canciones para lograr nuevas obras, distintas de las originales.
Gaylor, narrador en primera persona del documental, introduce temáticas polémicas en torno a este tipo de manifestaciones artísticas y detalla un manifiesto.
El crítico David Berry dijo en Vue Weekly que la película funciona «no sólo como una sólida introducción a los derechos de autor, sino también como un ensayo reflexivo acerca de por qué nos deberían importar, y por qué deberíamos tratar de cambiarlos».
Scott Thill dijo en Wired que el director del documental «lanzó el filme bajo una licencia Creative Commons y hasta adoptó el modelo de Radiohead de usted-ponga-el-precio cuando subió la película a internet».
http://www.youtube.com/watch?v=668ArC38Y8o