Durante el siglo II d.C., los veteranos soldados romanos que habían demostrado su valor en el campo de batalla fueron recompensados con tierras en el norte de África, como muestra de agradecimiento de la clase política. El árido clima de la zona hizo que fructificaran verdes plantaciones de olivos y extensos campos de trigo. Tanto fue así, que el área prosperó y adquirió muchos aspectos de la cultura romana. En este capítulo de «Secretos de la Arqueología» descubriremos altunos de los tesoros de las provincias más ricas de la zona como el anfiteatro de El Djem o el ingenioso chalet construido para combatir el abrasador clima africano.
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