El misterio de la esfinge

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Existen monumentos que constituyen el símbolo de una civilización, hasta el punto de que, cuando se habla de ella, inmediatamente nos viene a la mente esa obra. Ocurre, por ejemplo, con el Partenón si hablamos de la Grecia Clásica, con el Coliseo se nos referimos a Roma o con El Escorial si del Imperio Español se trata. Y en este sentido, el gran símbolo de la civilización egipcia es, probablemente, la Gran Esfinge de Giza, esa enorme construcción con cuerpo de animal -concretamente, un león- y cabeza humana. Según los egiptólogos, fue edificada aprovechando un montículo de roca caliza en el siglo XXVI antes de Cristo en honor al faraón Kefrén, cuyo rostro se cree que está representado en la cabeza. Su altura de veinte metros da una idea del trabajo que llevó realizarla. Pero, a pesar de ello, permaneció oculta por las arenas del desierto durante siglos hasta que fue desenterrada por el equipo de Giovanni Battista Clavigia hacia 1818. Este soterramiento ha contribuido a que no desapareciese a causa de la erosión, aunque ha sufrido varias restauraciones posteriores.

Pero, al igual que con otros monumentos de la Antigüedad, han surgido teorías pseudocientíficas acerca de sus orígenes que son, cuando menos, curiosas y un tanto descabelladas. En este sentido, la que probablemente se lleva el premio es la del visionario norteamericano Edgar Cayce. Para este curandero y sus seguidores, la Gran Esfinge habría sido construida por los Atlantes. Claro que también mantenía que él mismo había vivido entre ellos hace quince mil años y, tras la destrucción de la Atlántida, habría huido con los archivos de su pueblo a Egipto, albergándolos bajo el monumento, en una supuesta «sala de los archivos».

En buena lógica, todos los que buscaron la citada sala no hallaron nada. Incluido el egiptólogo Mark Lehner, a quien se considera una autoridad en conocimientos sobre la necrópolis de Giza.

Otra singular tesis es la defendida por personajes como Schwaller o West, quiénes señalan que la erosión del monumento podría deberse a la acción del agua y no de los vientos arenosos del desierto. De acuerdo con esta idea, sostienen que la esfinge habría sido construida miles de años atrás, cuando en aquellas tierras existía un clima totalmente distinto. Pero estudios geológicos recientes han rebatido esta teoría.

La teoría de la Esfinge es investigada en este documental, que ganó un premio Emmy a la Mejor Investigación, y también fue nominado como Mejor Porgrama Documental.











Director: Bill Cote
Año: 1993



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