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Las cataratas Victoria, entre Zambia y Zimbawe, son uno de los lugares más impresionantes de la Tierra. El río Zambezi cae 108 metros en una serie de desfiladeros y la fuerza de la caída lanza vapor de agua al aire que alcanza casi un kilómetro a la redonda. Antes de llegar a las cataratas, el río es casi idílico: el agua tiene abundantes peces y una amplia variedad de animales crecen a lo largo de sus ricos bosques. Bajo las cascadas, el cuadro es bastante diferente. El agua se sumerge en un escarpado desfiladero, que zigzaguea a lo largo de 10 kilómetros, donde el aire está cargado de vapor de agua y difícilmente llega la luz del sol. Aquí, a pesar del duro entorno, también cientos de especies animales son capaces de sobrevivir como las águilas que se alimentan de peces tigre que caen sobre las cataratas. Entre los dos mundos, descansan los traicioneros acantilados, cubiertos por finos bosques de musgo, donde permanecen higueras estranguladas y árboles de ébano sobre precipicios.
