En diciembre de 1994, el terrorista internacional Ramzi Yousef coloca una bomba a bordo del vuelo 434 de Philippine Air Lines. Sale a las primeras dos horas de vuelo, durante una parada programada. En la siguiente mitad del vuelo, otro pasajero se sienta en el asiento que lleva la bomba. Unas horas después de despegar, la bomba explota, matando al pasajero pero sin destruir el Boeing 747-200. Aunque un poco dañado, el Jumbo aterriza a salvo. El terrorista se prepara para atacar de nuevo pero es atrapado y se descubre un plan para matar a miles de pasajeros.