Cuando el montañero Mark Inglis alcanzó la cima del Everest con sus piernas amputadas, fue elogiado por la prensa y el público internacional. Pero sólo unos días después, Inglis se introdujo en una nube de controversia cuando se supo que él y sus compañeros de viaje habían dejado atrás a un escalador incapacitado, el inglés David Sharp, lo que le destinó a una muerte solitaria en la «Zona de la Muerte». Esta historia se publicó en medios de comunicación de todo el mundo y provocó fuertes críticas. Sin embargo, Inglis y sus compañeros tienen su propia versión de lo ocurrido y están dispuestos a contar la realidad sobre las circunstancias que rodearon aquel fatídico día: un terreno extremo, un entorno falto de oxígeno y una temperatura que rondaba los 30 grados bajo cero provocaron que poco se pudiera hacer para salvar al escalador moribundo. Pero, ¿quién tiene razón?