Estados Unidos, 12 de Febrero de 2009. El vuelo 3407 de Continental Connection se dispone a aterrizar en el aeropuerto de Buffalo, en el Estado de Nueva York, cuando entra en pérdida aerodinámica. Completamente fuera de control, el avión acaba estrellándose sobre una zona residencial de la ciudad; No hay supervivientes. Las primeras hipótesis apuntan al hielo como causa del accidente, pero los investigadores pronto descubren la terrible realidad: se trata de un error humano.