Al final de la Segunda Guerra Mundial, los físicos alemanes luchaban para lograr una bomba atómica antes que los Estados Unidos y así detener la inminente caída del Tercer Reich. Argentina, que se había mantenido neutral durante la guerra, ahora importaba científicos y técnicos del extinto Tercer Reich, quienes se encontraban a las órdenes de un nuevo líder: el General Juan Domingo Perón. ¿Era posible que las potencias triunfadoras permitieran que un país como Argentina desarrollara un plan independiente de energía nuclear que nadie, fuera de los Estados Unidos, poseía? ¿Acaso la “Tercera Posición” que proclamaba el general Perón, equidistante del capitalismo y el comunismo, encubría a un posible “Cuarto Reich” en América del Sur?
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