Rescate en la selva (Situación Crítica)

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Sierra Leona, África occidental. El 25 de agosto de 2000, 11 miembros del Regimiento Real Irlandés del ejército británico y un oficial vinculado al ejército de Sierra Leona fueron secuestrados en Occra Hills, territorio de los West Side Boys. Los West Side Boys (Muchachos del lado oeste) eran un grupo rebelde armado a las órdenes de Foday Kallay, un ex-oficial del ejército de Sierra Leona con fama de despiadado asesino. Dos días después de que los rehenes fueran capturados, Kallay comenzó a hacer públicas sus demandas, incluyendo la renuncia del gobierno de Sierra Leona y la liberación de sus camaradas encarcelados. Tras cinco días de negociación, los miembros más jóvenes del grupo británico fueron liberados.

Tras días de tensión, el fracaso de las negociaciones con el líder de los rebeldes Kallay era más que evidente, pero fue un informe del SAS, cuyos miembros se habían ya infiltrado en el perímetro exterior del campamento rebelde, el que precipitó la situación: Los rehenes británicos habían sido sacados al exterior de sus celdas esa mañana, y habían sido sometidos a un simulacro de ejecución. Ante el temor de que en la siguiente ocasión los rehenes fuesen ejecutados, el comandante en jefe del ejército británico dió la orden de proceder con la operación, y al amanecer del siguiente día 130 paracaidistas, respaldados por 70 miembros del SAS, asaltaron el campamento de los West side boys. En apenas veinte minutos, todos los rehenes habían sido rescatados y se encontraban volando hacia un barco de la Royal Navy fondeado en Freetown (capital de Sierra Leona). La lucha feroz entre los paracaidistas y miembros del SAS y los doscientos miembros del grupo rebelde se saldó con al menos 25 rebeldes muertos y 18 capturados, incluyendo a su líder, Foday Kallay. Las fuerzas de asalto británicas sufrieron 13 bajas durante la operación, una de ellas mortal.

A diferencia de las operaciones sigilosas con las que las fuerzas del SAS estaban familiarizadas, la «Operación Barras» consistía en un asalto frontal. Si eran descubiertos, los helicópteros se convertirían en objetivos fáciles para los rebeldes armados. Para garantizar la seguridad de los rehenes y el éxito de la misión, la operación dependía de la coordinación, la velocidad y el factor sorpresa.



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