Como todos sabemos, España lleva 4 años en caída libre a causa de la recesión económica y al estallido de la burbuja inmobiliaria. Uno de los efectos más sangrantes de todo ello es el aumento exponencial del número de ejecuciones hipotecarias que están dejando a una media diaria de 180 familias en la calle. Y la cosa no hace más que empeorar: en 2011 se alcanzó el terrorífico récord de 58.241 expedientes de desahucios en los juzgados españoles. Y debido a las peculiaridades de la ley hipotecaria española, las familias no sólo están perdiendo sus casas sino que siguen debiendo toda la deuda acumulada con los bancos, que suele sobrepasar los 200.000 euros y acarrea el embargo de bienes y sueldo (si lo hay). El desastre es descomunal.
Ante un gobierno incapaz de poner freno a esta situación, grupos de jóvenes activistas vinculados al movimiento 15M han decidido ir un paso más allá de la estrategia de bloquear desahucios plantándose en la puerta para cerrar el paso a policías y procuradores. El pasado mes de octubre pasado saltó la noticia de un edificio en el distrito de Nou Barris de Barcelona (propiedad de Cajamar) que había sido ocupado con la intención de realojar en él a 11 familias sin hogar. Se trataba de una magnífica historia a lo Robin Hood, así que nos pusimos en contacto con ellos.
El documental «Revolucionarios a la fuerza» sigue a Tete, Pol, Vero y otros activistas (de entre quince y veintipocos años) tremendamente activos organizando el día a día del Edificio 15-O y buscando casas en las que poder realojar otras familias en un futuro próximo. Los vemos también reciclando alimentos tirados en contenedores, manifestándose por el cierre del servicio de urgencias del barrio y mostrándonos el equipo necesario para “abrir” casas y reequiparlas con luz, agua y cerraduras: una reluciente colección de cizallas, cadenas, linternas, sierras y patas de cabra bajo el sol.