Edo era el nombre que tenía la actual capital de Japón en la época de los «shoguns», aquellos tiránicos dictadores militares. A principios del siglo XVIII, Edo fue, sin duda, la ciudad más grande del mundo. Hoy, Tokio es una megalópolis tentacular, una sorprendente yuxtaposición de barrios, algunos de los cuales se asemejan a una ciudad futurista, mientras otros parecen pequeños pueblos tranquilos. Un mundo diferente en que es necesario comprender sus referencias, desde las geishas al karaoke, pasando por el teatro Nô, el universo manga o la caligrafía.