Érase una vez un pequeño país como de cuento «en el que hay maravillosos bosques y hermosas colinas… también las más áridas y nevadas montañas». Un país cruzado por seis ríos, a cuyas riberas se extienden las viñas que hacen unos vinos de justificado renombre. Un país en el que nacen y se crían magníficos caballos, los lippizanos, que bailarán en la misma Viena. Un país con lagos y castillos en los que parece habitar una princesa encantada. Un país que se abre al mar que ha visto navegar sobre sus aguas las grandes flotas de los más importantes imperios de la Antigüedad: el mar Mediterráneo. Ese país se llama Eslovenia. Pero este país de cuento de hadas es una realidad…